jueves, 7 de julio de 2016

REALIDAD SUTIL


por Paula Baeza Pailamilla
imágenes Cortesía del Artista 

Habitamos un mundo de transcursos irreconocibles, imperceptibles. La velocidad de los acontecimientos y las imágenes que invaden la vida sobrepasan el entendimiento a escala humana. Sometidos/as a un tiempo y espacio medible, cuantificable, nos movemos en una energía homogénea, un devenir en experiencia enajenante. Convivimos con los/as otros/as en modalidad competitiva. Relacionamiento de interés con el otro y con la naturaleza. Vivimos de manera extractivista, expropiadora, un camino de abuso de la tierra, de los cuerpos, de los recursos. Tenemos una vida lineal, continua, imparable, veloz. La catástrofe está desatada, la realidad es brutal. Asistimos al comienzo del fin. El entorno ya no existe / resiste más.

Resultado de la percepción y como testimonio de este contexto surge Realidad Sutil. Un trabajo que mixtura la experimentación con la pintura, el cuerpo en vivo y la fotografía. Pasando de colores e intensidades claros hasta el caos de los mismos se revela el estado sensible y  la vibración del individuo. En posición fetal, un cuerpo bio femenino habita un vacío espacial y contraste de tonos fuertes que poco a poco manifiestan lo cósmico y espacial de la imagen.

El color es lenguaje, el cuerpo es un hábitat. La piel vibra intensidades en tonos infinitos. El caos se manifiesta en un orden orgánico, único. Lo primigenio recupera su sensibilidad.  Los tonos y sus intensidades germinan el estado evolutivo interno de un cuerpo en transición/mutación que, tanto dentro como fuera, surgen experiencias visuales que exhalan y anuncian el estallido del fin.


  REALIDAD SUTIL de Crisjacar
desde el 7 de julio al 6 de agosto de 2016

en La casa del sol, Antonia López de Bello #80, Bellavista.
Horarios: 10.00 a 19.30 hs.

sábado, 9 de enero de 2016

LOS APARECIDOS – PRISIONEROS DE LA MATERIA DE T.T

Por Paula Bustos Flores – Chile.
Imágenes Cortesía del Artista 


              Las cosas, por el simple hecho de existir, tienen historia. Contienen, entre muchas otras; cargas de origen, destino, uso y desuso. La fuerza simbólica de los objetos puede transmitirnos sus mensajes. Apreciarlos, tomarlos, tenerlos cerca, nos produce recordar, descubrir y construir un diálogo con ellos. 
 
            La constante ha sido trabajar con contenedores de otros elementos, preparados para otros usos, embalajes de transporte, envases utilitarios ya existentes, que desde lo habitual son reasignados. Su funcionalidad primera es distinta a su funcionalidad artística. Este objeto, reposicionado, modifica su potencia objetual hacia lo crítico y reflexionable. Lo perdido en la rutina ha sido casualmente hallado. Lo desapercibido, y ahora devuelto a la vista como una advertencia, constituye una forma atractiva para reconstruir y examinar. 
 
            Estos objetos de tránsito son los que sirven de soporte para que T.T oficie como médium y genere el espacio propicio para la comunicación creativa. Es de la materia misma desde donde se puede sacar provecho. Atendiendo los profundos susurros de sus materiales la artista consigue esclarecer imágenes, desentrañar gestos, personajes, colores, manchas, texturas. Para que, en la riqueza de su lenguaje, hablen con nosotros ‘Los Aparecidos’. 


             Cada pieza, trabajada con sutileza y detalle nos induce a la soltura de lo experimental. Acercándonos cuidadosamente a la investigación en torno y dentro de lo matérico. Se resuelven los misterios y como sorpresas escondidas, las formas aparecen desde sus hogares/objetos vertiendo sus novedosos y fantásticos relatos. 
 
            La artista posee la habilidad de descubrir lo que permanece oculto al interior de las cosas. Logra desde sus extrañezas materiales leer sus cargas, con las que resuelve a través de una infinidad de soluciones gráficas lo que parece negado. Y tal como autodefine esto es parte del proceso espiritual de creación que se funde en la relación vital con los elementos rescatados. 
 
            ‘Los aparecidos’ son los ingredientes deleitosos en la escena, protagonistas de lo que tiene que salir a flote para ser disfrutado.