Por sus particularidades técnicas, esta exposición se presenta quizás como una selección de algunos modos de hacer un oficio tan preciso como el del fotógrafo. Y de acuerdo a ello, es como aplicamos la idea del prólogo en la literatura a la de la exploración preliminar en la visualidad.
Entendamos las obras como
producciones en progreso que, nos permiten acercarnos a las estéticas
laboriosas de cada autor. Imágenes/fragmentos de una investigación (o realidad)
mayor. PRÓLOGOS – Procesos de producción
desde la fotografía está compuesta por los trabajos de 4 artistas y la
mirada externa y constructiva de su curador que pone énfasis en la búsqueda de
lo que se desea atrapar. ¿Cómo se define la frontera entre lo acabado y lo
preliminar? O es que acaso, ¿las ejercitaciones previas no son relevantes al
alcanzar un resultado? PRÓLOGOS es por tanto,
cuestionamiento antes, hacia y en favor de la obra. Una orientación en la
lectura de los discursos precedentes al cuerpo de obra aún por descifrar. Es la
mirada previa en torno a lo destacable e irresoluto.
La fotografía semejante al
tratamiento pictórico del barroco italiano y holandés; en donde el uso de la
luz misteriosa permite comunicar la vivacidad del color y sutileza de las
formas en composiciones cercanas a recreaciones de escenas plásticas; en el
trabajo de Alexis Mandujano.
El revelado alternativo que nos
desplaza al origen de la reproducción fotográfica, en la labor de Javier Pino,
en donde la investigación técnica como procedimiento científico y artístico se
une en la impresión fotográfica y nos ‘revela’ el cuidadoso oficio y
aprehensión de objetos simples que en detalle se presentan como parte de un
antiguo catálogo monocromo.
La expresión en sus rostros
simula algo por cobrar; es de noche y la iluminación fluorescente y de neón
acompaña de manera sublime la aparición de siluetas fantasmales y nebulosas.
Las visiones espectrales de Luz Andrea profundizan desde lo analógico en las
bellas sombras oscuras de sus refinadas escenas.
Fragmentos de color luz
sintonizados en el panorama del atardecer, irradian sensaciones confusas entre
la bajada del sol o los nocturnos amaneceres de invierno. Valentina Campos Toro
nos pone en presencia de su manejada oscuridad en donde los planos negros de
vegetación se intercalan con el paisaje
y también con el reflejo rítmico de románticos faroles.
Logramos
apreciar la profundidad con la que cada uno de los
exponentes opera. Estamos ante la sinuosa observación y captura de sus detalles;
en el indiscutible valor de la técnica y su meticulosa labor. Podemos percibir la intención reflexiva hacia lo
desconocido, o bien, inacabado. Lo que no se ve pero que late como el principio
de una bombeante secuencia.
Paula Bustos Flores
Artista visual